9 de octubre de 2013

¿Qué echas de menos al viajar?

De nuevo, cargamos nuestras mochilas al hombro. Esta vez, el camino no nos llevará al hostal de la próxima ciudad sino al avión que nos llevará de regreso a casa. Tras quince días de traslados continuos, estancias cortas y habitaciones compartidas, volvemos a casa. Nuestras mochilas perdieron ya el olor a ropa limpia del viaje de ida, nuestras espaldas empiezan a sentirse resentidas y nuestros labios duelen de tanta sonrisa (y del aire de Pekín, que no es el más puro del mundo…).
 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi cama! o en su defecto, un buen colchón y un buen cogín!

Unknown dijo...

Si el viaje no es largo, nada la verdad :)) Si lo es, me quedo con tu primera frase (Familia y amig@s!!)

Andrea dijo...

He leído: "y con tu compañero agobiante". ¿En serio?! :O

Unknown dijo...

La cama!! Toda la razón!

Sara! Quu alegría verte por aquí. Bienvenida!

Andre, jajajaja, ya sabes que no iba por ti, fuiste una compañera ideal ¿volvemos? de todas formas, ya está cambiado para que no haya malos entendidos. jajajaja