18 de agosto de 2011

Cadaqués, un rinconcito de paz.

En el momento en el que el coche pisaba territorio cadaquesenque supe que escribiría un post sobre ello.

Allí, el pueblo, vestido de blanco, se presentaba al mar protegido entre montañas. Barcas humildes (y algunas no tan humildes) reposaban en la orilla del mar calmado a la espera de ser utilizadas. Frente al pueblo, la roca cortante se adentraba en el mar, el cual tras años de idas y venidas había formado pequeñas calitas a sus pies, sólo accesibles para aquellos sin miedo a trepar entre algunas rocas. ¡Sigue leyendo!



2 comentarios:

Laura dijo...

Me ha sorprendido mucho tu publicación, simplemente porque yo vivó muy cerquita de Cadaqués.
Te he escrito alguna vez, en algun post sobre Berlin. Me alegro de que te gustase este maravilloso pueblecito de pescadores. Un abrazo desde el Empordà, y felicidades por tu blog , me gusta mucho.

Anónimo dijo...

cadaques es precioso ,de postal y si la compañia es buena ...no te digo mas