15 de junio de 2011

¿Cenamos fuera?

¡Oh no! Mi economía da tanta pena que, si lo supiesen, los pfaneros me darían sus bolsas repletas de pfand. Cenar fuera de casa parece entonces todo un problema. Berlín es una ciudad con miles de restaurantes y donde, además, cada esquina huele a Kebab, pizza y otras delicias ante un estómago hambriento. Ahí donde tienes una pizzería puedes encontrar un tailandés y a su lado un restaurante japonés.
Pero no nos preocupemos. Si algo bueno que tiene Berlín (otra cosa más) es que los precios de la comida son relativamente baratos. Buscando un poco (y huyendo de los sitios totalmente turísticos) es posible cenar por 5 euros incluyendo la bebida. Eso sí, que se abstengan los sibaritas de servilleta de tela y cubierto de plata (o bueno, simplemente de cubierto...)
Los visitantes esporádicos de Berlín siempre te piden comer algo típico. "No sé, algo de aquí, de Berlín" te dicen. Como si fue esa la pregunta más sencilla. Berlín no es una ciudad gastronómica. Lo que en otros lados se conoce como comida típica aquí no existe. Encontrarás los platos típicos de Baviera, de Baden- Wuttemberg, de España y de China, pero si buscas una comida típica de Berlín elaborada seguramente te sientas decepcionado.

A no ser que te encanten las salchichas... y el curry. La currywurst es lo que más se puede asemejar eso que llamamos el plato típico berlinés (¡incluso tiene su propio museo!). La currywurst, como su propio nombre indica (currysalchicha), no es más que eso; una salchicha trozeada y embadurnada en kepchup y curry... No soy una gran enamorada de las currywurst, pero sí sé donde se hacen los mejores o, al menos, eso dicen. El Imbiss Curry 36 (que apenas cuenta con unas pocas mesas en su exterior, y carece de sillas) siempre tiene una fila esperando a ser servida. Se encuentra en Mehringdamm, por supuesto, en el número 36.

Yo, que soy más de kebab, tengo que admitir que si estoy por la zona soy incapaz de rechazar un kebab cocinado en el Mustafas Gemüse Kebap, que se encuentra a pocos metros del currywurst ya mencionado (justo a la salida de la parada UMehringdamm). No conozco a nadie que no hable delicias de esos Kebabs. Y la prueba es que, sea la fecha del año que sea, siempre tiene una (larga) fila de gente esperando. Cuando lo comí por primera vez era diciembre, o enero (una ya se olvida) y, pese a pensar que nada en el mundo podía merecer pasar ese frío, no me arrepiento. Lo que no es tan agradable es comérselo en la calle, de pie y a menos 10 grados (ya que es un puesto callejero) pero el Kebab ¡está riquísimo!


 Así que ya sabéis; visita obligada. Eso sí, elegid mejor que yo las fechas y podréis disfrutarlo de verdad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

podiamos haberlo cogido hay para ir al maverpark ja ja mas que nada para probarlo.ya te invitaremos a restaurant cuando vengas hasta que con tu trabajo nos puedas invitar tu je jeun besico