20 de diciembre de 2010

Frío, nieve y mercados navideños

La nieve llega a Berlín ¡Y de qué forma!  Nieve, y más nieve. La bicicleta se queda aparcada en el patio, ya que con este frio...¡no hay quién la coja!

Eso sí, Berlín está precioso. Mercados navideños en cada esquina que desprenden olores a salchichas, crêpes y glühwein (un vino caliente con canela muy típico de estas fechas), villancicos como música de fondo y el frío como personaje principal. Simplemente perfecto (¡uy!, excepto por el frío).



Aquí me siento de nuevo como una amapola: Mirando puestecitos veo un abrigo que me gusta (y que además necesitaba), a lo que el señor me trata muy amablemente y me ayuda a probármelo. Me dice que son 99 euros y yo contesto que debo pensármelo ya que no llevo el dinero encima (cosa que no era verdad, pero me parecía mucho dinero). Amablemente (otra vez) me contesta que le diga cuánto dinero estoy dispuesta a ofrecerle. Yo, queriendo irme (ya que lo de comprar en mercadillos nunca fue lo mío) le contesto que 50 euros. Y él, haciéndose el dubitativo acepta la oferta y mete en una bolsa mi nuevo abrigo. Así me quedé yo, dando mis 50 euros sin atreverme a negarme y, a pesar de haberlo sacado a la mitad de precio, sintiéndome engañada.

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